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Cajamarca

Cajamarca

La situación geográfica de Cajamarca, cerca del clima ecuatorial, ha modificado completamente su sistema de vida. La riqueza de sus pastos y la fecundidad de sus suelos son realmente muy gran­des.

El departamento de Cajamarca comprende, en términos gene­rales, dos zonas de climas distintos: una, la del norte, constituida por un ecosistema semitropical (San Ignacio, Jaén, partes de Cutervo y Chota), y la del sur, determinada por un ecosistema que podríamos llamar quechua, dentro del cual, no obstante, encontra­mos también «islas» de otros ecosistemas (jalcas, jalcas fuertes o punas o páramos) en los pisos más elevados de la cordillera.

La zona del sur se halló siempre muy relacionada con la región de Huamachuco y las actuales provincias serranas de La Liber­tad, conformando un archipiélago de pisos ecológicos con muchas y variadas formas de interacción social.

Pocas regiones del Perú ofrecen, como ésta, tal diversidad de ambientes en extensión semejante. Las fajas climáticas se concentran en áreas relativamente pequeñas, debido a los cambios de altitud.

Caja­marca es la zona más baja de los Andes y también la más erosio­nada de la cordillera. Los suelos de cultivo son mayores que en otros lugares, también mayor su densidad demográfica.

Pero es una región de clima subhúmedo, con lluvias estacionales y fre­cuentes períodos de sequía, por lo que la agricultura tiene que prosperar con la ayuda de la irrigación.

Cajamarca fue uno de los departamentos de menor población indígena quechua. En muchas provincias el campesinado sólo habla castellano, como en Chota y Contumazá. Por su lejanía del Cuzco, el régimen incaico llegó tarde y el ayllu no alcanzó a tener la fun­ción trascendental que tuvo en el sur del Perú.

Sus serranías, de altitud relativamente baja con res­pecto al resto del territorio nacional, han sido favo­recidas con una riqueza mineral enorme. No sola­mente hay minas de oro, de plata y de cobre, sino también de molibdeno y de tungsteno.

Son apreciables la ganadería de la provincia de Cajamarca; los valles del Jequetepeque dedicados al cultivo intensivo del arroz y frutales como el mango y el palto, de primerísimo calidad; y la zona agrícola de Jaén a la vera de la carretera Olmos-Marañón.

RUTAS DE ACCESO

La distancia entre Lima y Cajamarca es de 856 km que normalmente se cubre en 17 o18 horas. Siguiendo la carretera Panamericana Norte hasta pasar la ciudad de Pacasmayo, en el departamento de La Libertad (Km. 683) tras un pequeño trecho seencuentra el desvío hacia Cajamarca, con un reco­rrido de 180 km, que en automóvil se pueden hacer tranquilamente en unas seis horas.

Al ingresar en el territorio de Cajamarca por la pro­vincia de Contumazá, la carretera recorre extensos campos de arroz que se van levantando por las sua­ves pendientes en las primeras estribaciones de la cordillera de los Andes.

Ciudad de Cajamarca

Al pie del cerro Cumbe, recostada en el fondo de un inmenso valle —el valle con la mayor área sem­brada del país—, la histórica ciudad de Cajamarca, más española que indígena, levanta desde lejos sus espadañas y torres talladas en piedra blanca.

El lujosísimo acabado de sus construcciones colo­niales y la presencia y altivez de sus líneas aristo­cráticas hacen de esta ciudad la más española de todas las ciudades del Perú, conservada casi intacta a través del tiempo.

Levantada a 2 750 msnm, su clima benigno y soleado desmiente la etimología de su nombre indígena Cassamalca, «región abierta» o «región fría», según quieren algunos estudiosos.

Al respecto, Garcilaso rechaza el término Caxamarca -usado por algunos cronistas- y postula el vocablo Casamarca (lugar de espinas). San Sebastián, San Pedro, San José, Cinco Esquinas y Cumbe son los barrios tradicionales de la ciudad, atravesada de oeste a este por un pequeño río, el San Pedro, que la divide en dos cuerpos unidos por seis puentes.

Considerada cuna de la peruanidad —por haberse producido en ella el histórico encuentro entre los conquistadores españoles y la civilización incaica, el 16 de noviembre de 1532—, a partir de la ejecu­ción del Inca Atahualpa en la plaza de armas, en 1533, la ciudad de Cajamarca se convirtió en la plaza fuerte del ejército de la conquista, desde donde irradiaron a todos los puntos del Perú las expediciones conquistadoras que impusieron el dominio del rey de España.

Iglesias y Casonas

Las iglesias de Cajamarca están entre las más her­mosas del Perú y América, y es tan notable su riqueza arquitectónica como la de sus altares labra­dos. Muchas de ellas no tienen torres o las mues­tran truncadas.

La explicación es que la corona de España otorgaba una subvención a la orden religio­sa que tenía una iglesia en construcción y, al termi­narla, la orden religiosa debía pagar a su vez un impuesto a la corona.

Como se consideraba que la construcción de una iglesia sólo concluía con la terminación de sus torres, éstas no se remataban nunca y así las órdenes recibían permanentemente el subsidio real.

Lugares de Interes Turistico

Cuarto del Rescate

Aposento de gruesos sillares de 7 m de largo por 6 m de ancho y 3 m de alto que, de acuerdo a ver­siones tradicionales, ofreció llenar el Inca Atahualpa una vez con oro y dos con plata, a cambio de su vida.

Se calcula que el rescate pagado a los conquis­tadores alcanzó la cantidad de 5 mii kilos de oro y cerca de 130 mii kilos de plata. Ubicado cerca de la plaza de armas en el jirón Amalia Puga 750, es la única edificación inca que se conserva en Cajamarca.

Cajamarca Hot springs

Baños del INCA

En un paisaje idílico, 6 km al sureste de la ciudad de Cajamarca, se encuentran ubicados los manantiales de aguas termales y medicinales denominados «Baños del Inca», en donde es fama que había acudi­do a reposar el Inca Atahualpa cuando fue sorprendi­do por los invasores españoles hace cuatro siglos.

Esta fuente de aguas termomedicinales es conside­rada una de las más importantes de la zona norte del país. Su empleo se efectúa desde épocas prehis­pánicas, cuando se conocía como balneario de Pul­tumarca.

En la actualidad es visitado diariamente por un promedio de mil personas, debido a su faci­lidad de acceso, a las instalaciones con que cuenta y al hermoso paisaje de su entorno.

Las aguas hipertermales olígomineralizadas de los Baños del Inca se han abierto paso a través de la corte­za terrestre por diversos puntos, levantando columnas de vapor que se aprecian a distancia. Sus principales manantiales son «Los Perolitos» y «Laguna Seca»

La vertiente de «Los Perolitos» es La fuente de agua termal del balneario. Comprende una serie de «ojos» por donde aflora el agua a borbotones, luego de ser retenida en 8 estanques delimitados por veredas de concreto y piedra, que se hallan a una altura aproxi­mada de un metro sobre el nivel del espejo de agua.

Su denominación se debe a que, en sus veredas, se deja multitud de peroles hirviendo, a lo que se agrega el color amarillo cobrizo de las piedras que se hallan al fondo, debido a la composición sulfurosa de las aguas.

Por medio de acueductos, el agua termal de «Los Perolitos» es conducida de los estanques de capta­ción a las 20 pozas de baño con cuartos privados para 2 personas como máximo y a las piscinas de concreto para 6 personas. A fin de regular su eleva­da temperatura se mezcla con agua fría y cristalina proveniente del manantial de «Santa Rosa», que se halla en las inmediaciones.

En la vertiente «Laguna Seca», a 500 m de la ante­rior, se halla el denominado «Tragadero» por su gran profundidad, cuyas aguas emanan de un crá­ter natural y desembocan en un riachuelo que al temperarse irriga extensas chacras.

Las aguas termales de los Baños del Inca, recomen­dadas para las enfermedades reumáticas y las enfer­medades crónicas nerviosas, afloran con gran des­prendimiento de gases y vapor, a una temperatura de 650 y 72 0C. Se caracterizan por estar rodeadas de abundante vegetación.